2 de Noviembre de 1997 (Maria)

 

Mis queridos hijos,

 

Recibimos tanta alegría de aquellos quienes vienen buscando paz -----una paz dentro de cuyos corazones derramamos muchos dones.  Benditos sean, hijos Míos, quienes creen con tanta pureza de fe y confianza porque su caminar es uno de santidad ---- un caminar el cual debe continuar sin importar que tan cansados estén.
Las pruebas del mundo les quitarán fuerza y las desilusiones tratarán de bloquearles su paso, pero el camino está claramente Mariado por Jesús.  Que su mirada siempre esté sobre El y sus corazones abiertos para recibir Sus palabras porque ustedes jamás perderán su rumbo.

 

A través de todo lo que debe venir, permanezcan firmes en su fe --- acérquense a Nuestros corazones --- los corazones que los aman, porque Nosotros somos su refugio.  Paz, queridos hijos. 
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