1 de Agosto de 1997 (Maria)
Hija Mía,

 

Nuestros corazones están llenos de dicha por lo que haz emprendido.  Hay tan poca dicha ahora, hija Mía, por el peso de los pecados del mundo.

 

Buscamos a esas almas quienes de buena gana abandonan su voluntad a la de Mi Hijo.  El es la Dicha Pura traída a aquellos corazones quienes lo permiten entrar. 

 

Continúen perseverando en oración y Nosotros vamos a guiarlos y vamos a proteger lo que es de valor incalculable ---- sus propias almas.  Paz.
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