22 de Agosto de 1997 (Maria)
Hijos Míos,
Acojo dentro de Mi corazón maternal lleno de compasión a cada uno de ustedes mientras que en su propia manera ustedes se han embarcado en la jornada hacia la santidad.
Vengo a reafirmarles Nuestra presencia ---- aquí y ahora. Miren hacia Mi montaña y véanos parados ante ustedes guiándolos en sus luchas diarias. Nuestros corazones están tan llenos de amor por ustedes, o corderos de Mi Hijo.
Ustedes son el regalo que El me ha confiado. Permitan que todos los corazones se abran para que sientan la experiencia del poder de Dios. ¡No impongan, en su manera humana, limitaciones sobre El, para El Planeador Maestro NO EXISTEN LIMITES, hijos Míos, sobre El quien está sobre todas las cosas ---- la única limitación es aquella que ustedes han impuesto en sus propias mentes. Confíen en El quien jamás los defraudará. Si confían, con seguridad, creerán y gustosamente con corazones agradecidos harán aquello para lo cual Nosotros los hemos llamado. ¡Prepárense, pequeños Míos ---- los rodeamos con Nuestra paz!