Hija Mía,
Te urjo a que ofrezcas todas las cosas a Dios en tus oraciones. Muchas de estas cosas deben estar guardadas profundamente dentro de tu corazón ---- en esa silenciosa quietud de confianza y obediencia donde Nos has preparado un lugar. Te preocupas demasiado por los motivos ---- ¿por qué viene la gente? ---- ¿qué es lo que piensan? Te digo que no hay razón para inquietarte. Mis hijos buscan esperanza ---- un pequeño rayo de luz de amor para ayudar a sanar las heridas espirituales causadas por este descuidado mundo. Tú eres un receptáculo en el cual se ha vertido amor y compasión ---- ahora tú debes dar generosamente aquello que te ha sido dado.
Aun si fuera solo un alma que se acercara a Cristo, ¡tú no habrías trabajado en vano! Regocíjate en Nuestra paz y amor.
(Hazle saber al resto de Mis fieles que ellos son verdaderamente Mis pequeños tesoros de paz .... los tesoros que presento a Mi Hijo.)