Mis queridos hijos,
Repetidamente Les he advertido de estos tiempos en los cuales todos los esfuerzos se harán para robarles su paz. Sean firmes en su compromiso a Jesús que su fuerza descanse en El y en El únicamente. Sean cautelosos y prudentes y mismo tiempo amoroso y gentiles en espíritu. Muchas insospechadas almas están siendo descarriadas y ustedes, preciosos Míos, deben orar intensamente por la Divina misericordia de Jesús.
Continúen en sus grupos de oración porque son un recurso infinito de poder que combate el pecado y la maldad de este mundo. Llénense de esperanza, porque pronto el Hijo brillará sobre un mundo nuevo. ¡Paz y amor, queridos hijos Míos!