14 de Julio de 1997 (5:00 a.m.) (Jesús)
Mis queridos hijos,
Ustedes, hijos Míos, en su humanidad luchan por no luchar. Su voluntad está perdiendo la batalla a los deseos de la carne. Recuerden que sus cuerpos son en donde habita el Espíritu Santo.
El privarse de placeres mundanos, ayunar y sacrificarse se ha convertido solo en palabras nubladas por no rendirse a Mi voluntad. Sí, rendirse. Denme su voluntad para que pueda darles la Mía. Hasta que ustedes se conviertan completamente, no podrán vencer las tentaciones de este mundo. Mi Corazón está encendido de amor hacia ustedes - Permítanme ayudarlos, hijos Míos. Deséenme con todo su corazón y Yo les daré paz.