17 de Julio de 1997 (8:15 a.m.) (Maria)
Mis queridos pequeños,
Les traigo Nuestro amor y Nuestra paz. O, preciosos Míos, permitan que este regalo que se les esta dando encuentre un lugar de descanso en sus almas. Ustedes están siendo preparados como las gemas de una corona. Sepan que todas las piedras preciosas para poder alcanzar una perfecta hermosura deben también ser purificadas. También así ustedes, las gemas de Mi Hijo. Permitan que Yo, su Madre, pula sus gemas de amor y devoción hacia Mi Hijo. Paz y alegría, hijos Míos.