4 de Noviembre de 1997 (Maria)

 

Hija Mía,

 

Te advierto, hija Mía, como madre cuyo corazón está lleno de amor por su criatura y procura guardar y proteger a aquellos a quien ama.  Tu tiempo ha llegado; serás atacada como nunca antes pero no permitas que tu corazón se preocupe porque tú estás bien protegida.

 

Permanece silencia en tus tiempos de prueba --- cobra fuerzas de El cuyos brazos están extendidos para atraerte cerca de Su corazón.  ¿Qué hay que temer, Mi criatura, cuando uno realmente ama a Dios?  Solo debes procurar ser uno con El --- una unión que este mundo no puede quebrantar. 

 

Tengo mucho que decirte, hija Mía --- no todo lo cual vas a escribir.  Escucha y discierne, hija Mía, que Yo, tu Madre, ahora le hablo a tu corazón.  Mis mensajes van a cesar gradualmente porque así es como debe ser.  Se me ha permitido mucho tiempo para estar con Mis mensajeros.  Ahora tú debes continuar con aun más intensidad la responsabilidad que te he confiado.  Valientemente enfrenta la oscuridad por Jesús, la Luz de Esperanza, está lista para recibir a Sus hijos.  No estés triste porque Yo estaré contigo aun un poco más tiempo.

 

Yo te bendigo, hija Mía, como tu a tu vez debes llevar Nuestras bendiciones a los demás.  Regocíjate porque un nuevo día pronto llega.  ¡Paz! 
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