25 de Noviembre de 1997 (Maria)
Mis queridos hijos,
Procuro alcanzar aquellos corazones los cuales se han convertido en piedras endurecidas a la Palabra de Dios y los mensajes de paz y amor. Ustedes, Mis fieles, deben por amor puro abrir sus brazos y sus corazones a las ovejas perdidas cuya ceguera los mantiene lejos de los pastos que Mi Hijo ha preparado para ellos.
El tiempo se mueve rápidamente, hijos queridos, y ustedes al igual deben moverse rápidamente. Preparen sus corazones y escuchen cuidadosamente porque a cada uno de ustedes se le llamará. Atiendan Mis palabras mientras la oportunidad aun existe. Oren --- háblenle a El quien añora escuchar sus oraciones pidiendo misericordia.
La destrucción y el engaño están muy cerca. La vida misma se ha convertido en un laberinto por el cual ustedes deben pasar. Sean sabios, pequeños, al poner su confianza en Jesús --- escuchen que El Mismo llama sus nombres y dirige cada uno de sus pasos. Les urjo en estos tiempos difíciles mantenerse enfocados en El porque únicamente a través de un abandono verdadero de uno mismo se puede obtener verdadera paz y alegría.