26 de Noviembre de 1997 (Maria)
Hija Mía,
Deseo consolarte, querida Mía, al embarcarte sobre una de la más difícil pero retribuida jornada. Te urjo a que te permitas descansar en Nuestra paz, porque muchos obstáculos tratarán de obstruir tu camino de obediencia al seguir la luz del amor de Mi Hijo. No temas porque las aparentes montañas de opresión se convertirán en valles de paz y tranquilidad.
La justicia pronto llegará. No tengas miedo de proclamar el amor y la misericordia de Jesús porque ahora eres un amoroso recipiente de paz. No reflexiones sobre los errores de tu pasado porque es tiempo perdido, siempre procura la Divina Voluntad de Mi Hijo --- se una mensajera de esperanza porque la esperanza verdadera está disponible a todos quienes buscan la verdad de salvación con corazones abiertos.
Tú eres bendita, pequeña, porque estás enormemente consciente de la urgencia de Mi llamado, así como tu mundo acepta el error como verdad y en consecuencia muchos corren el riesgo del engaño y la pérdida de sus almas. Abracen aquellos cuya hambre se ha convertido en dolor porque la Divina Justicia se aproxima rápidamente.
Amor y paz.