30 de Noviembre de 1997 (Maria)
Hija Mía,
Se te ha permitido un breve tiempo para saborear lo agri -dulce de las pruebas, las cuales te han sido pronosticadas. Mantente calmada y con fe abandónate con una confianza total a la Divina Voluntad de Dios. Debes ser un fuerte y amoroso recipiente de amor el cual trae paz a las almas lastimadas y desalentadas de este mundo. Ora como se te ha instruido porque hay muchas almas por las cuales tú has sido llamada a sufrir. Nunca temas, hija Mía, porque Nosotros estamos a tu lado guiando cada paso en el camino de tu vida. Perdona a aquellos que andan por el mal camino como tú deseas también ser perdonada. La batalla continúa con mayor intensidad. Ora y prepárate.