9 de Octubre de 1997 (Maria)

 

Hija Mía, 

 

Yo deseo que éste sea un lugar de consuelo y compasión para todos Mis hijos quienes vendrán buscando paz de mente, corazón y alma.  Aquellos de gran fe van a venir tanto como Mis pequeños cuya necesidad física de ver ha sobrepasado su sentido espiritual de sentir (Nuestra presencia).

 

La Cosecha ha comenzado, hija Mía --- ora por la gracia de poder reunir estas almas perdidas por las cuales lloro.  Cada una es un regalo sin precio que deseo traer al trono de Mi Hijo.  Ora puesto que se te envía a los campos bañada en el amor de Cristo y cubierta con humildad.  Tú eres Nuestro pequeño farol de luz --- brilla radiantemente para que muchos quienes están en la oscuridad sean testigos de la luz del amor de Dios a través de aquellos que son fieles a El.  Cobra ánimo puesto que los ángeles, también están aquí para cumplir Nuestras peticiones.  Siempre busca su ayuda porque ellos esperan tus instrucciones.  No temas, pero toma ese salto de fe porque por el poder de Mi Hijo, lograrás mucho.  No estés ansiosa, pero descansa en calma y segura de Nuestro amor porque nunca Nos alejaremos de ti ni te abandonaremos.  ¡Paz, hija Mía, --- nunca estás sola!  
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