Mis queridos hijos,
Como Mi Hijo ha ofrecido Su amor incondicional a ustedes, Yo les pido a su vez que se amen unos a otros. Donde no hay perdón no puede haber amor verdadero. El amor no es egoísta ni envidioso, pequeños Míos, pero es abandono puro y total de si mismo. Al tiempo que aprenden buscar la humildad, su alma se libera de los deseos y egoísmo procurando únicamente elevar y servir a los demás.
Les urjo, preciosos Míos, que no se preocupen de los intereses de este mundo y enfóquense en los grandes tesoros del Cielo. La vida de los Santos es un buen ejemplo de cómo obtener estos tesoros --- almas ordinarias quienes escogieron una vida simple y obtuvieron gracia con Dios.
Hijos Míos, hay muchas ramificaciones en el camino de la vida. Ustedes deben estar bien preparados porque a través de sus elecciones, ustedes determinan la dirección que su alma va a tomar. Solo un camino lleva a la vida eterna. Oren mucho para que no sean engañados por las ilusiones sutiles que acechan en cada esquina.
Oren, queridos, y Nosotros vamos a venir a su ayuda alumbrando su sendero a la santidad. Alégrense porque su jornada está cerca de estar completa. Paz y amor.