30 de Septiembre de 1997  (Maria)

 

Mis queridos pequeños,

 

Paz, hijos Míos. Deseamos que todos los corazones estén llenos de Nuestra paz.  Enfóquense en la hermosura del amor y misericordia de Mi Hijo.  No se distraigan por los momentos fugaces de los placeres mundanos, pero procuren siempre el manantial de la verdadera felicidad, ¡Jesús!   Por Sus poderes redemtivos ustedes han sido liberados --- libres para convertirse en personas santas de Dios.  El regalo de vida, hijos Míos, debe ser altamente apreciado y protegido.

 

Oren desde sus corazones por aquellas almas cuyas vidas han sido extinguidas --- aquellos cuyas contribuciones a la vida jamás serán conocidas. Lloro, hijos Míos, por aquellos que toman la vida tan a la ligera --- este precioso regalo de Mi Hijo.  Sepan, hijos Míos, que El está muy entristecido por esta grave ofensa a la vida.  Oren intensamente para terminar  este pecado de absorción por las consecuencias de esta injusticia ha agitado intensamente la Justicia de Mi Hijo.  El vengará a Sus pequeños. Oren --- el tiempo de la Justicia se acerca.  ¡Paz, queridos hijos!
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