23 de Julio de 1997 (Mensaje personal)

 

Hija Mía,
 
Las incertidumbres de este mundo son tan numerosas como las hojas en los árboles.  Las hojas se caen y a su tiempo, vuelven a nacer alimentándose por la bondad de Dios.  Igualmente tú, hija Mía, debes caer, ser alimentada y renacer.
Mucho vendrá a ti, haciendo tu camino difícil, pero tú has sido fortalecida para aguantar las flechas dirigidas a tu fe.  Continúa alabando a Jesús porque El te llevará sobre Sus brazos cuando tus cargas parezcan inaguantables.

 

Yo, tu Madre, te tomo en Mis brazos.  Descansa tranquila, hija Mía.  Tú has recibido la gracia de conocer Nuestro amor.  ¡Esto, hija Mía, te sostendrá!
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