23 de Agosto de 1997 (Maria)

 

Mis queridos hijos,

 

Nos deleitamos mucho con todo aquello con lo cual ustedes han emprendido.  Nuestros corazones se llenan con alegría cuando Nuestras criaturas se reúnen ---- respondiendo a Nuestro llamado de preparación.  Los bendecimos, pequeños, porque sus corazones están abiertos y receptivos a Nuestra voluntad.

 

Regocíjense, queridos hijos, porque la tristeza en Nuestros corazones se ha tornado en esperanza, muchos sí escuchan y con sus fieles oraciones de devoción, tornaremos la esperanza en victoria.

 

Gracias, hijos Míos.  Permitan que la alegría del corazón de Mi Hijo sea su premio.  Paz y Amor.
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