28 de Agosto de 1997 (Maria)

 

Mis preciosos hijos,

 

Vengan, pequeños Míos, mientras recojo la Cosecha en los campos de Mi Hijo.  Busquen el refugio de Nuestros corazones mientras aun hay tiempo.

 

¡Prepárense como se les ha pedido, y no pierdan de vista la preparación más importante ---- aquella de rendir su voluntad a la de El!  Su fortaleza para resistir yace en Jesús ---- no en las cosas materiales sobre las cuales ustedes han llegado a depender.

 

Queridos Míos, su entendimiento acerca de los eventos venideros tiene muchas limitaciones.  Deben depender completamente en la confianza y la fe que se han enraizado en sus corazones.  Prepárense, pequeñas ovejas, porque pronto se les llamará a un servicio más grande para Mi Hijo ---- la batalla entre el bien y el mal.  Obtengan fuerza de El quien es la fuente de toda fortaleza.  Vengan y adórenlo mientras que aun puede ser encontrado.  Busquen la limpieza de sus almas que ustedes a la vez encontrarán un grado más alto de santidad.

 

Muchos no van a soportar lo que se aproxima ---- un gran acto final de amor y misericordia de Jesús.  Su misericordia es ahora como el reloj de arena ---- lentamente cerniendo hacia la cuenta final. 

 

Oren y prepárense, o seres preciosos, porque la vida como la conocen llega a su culminación final.  Confíen, pequeños, con la confianza de niños que Jesús desea.

 

El los sostiene en la palma de Sus santas y poderosas manos ---- Continúen su vida con la seguridad de Nuestro amor y protección.  Paz, hijos Míos.
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