7 de Septiembre de 1997 (Maria)
Queridos hijos Míos,
¡Precioso sea El Nombre de Jesús! La alegría llena Mi corazón al ver que se preparan para honrarme en manera tan especialmente hermosa. Gracias, preciosos Míos, por su devoción continua hacia Mi Hijo y a Mí. Reciban los regalos que derramamos sobre ustedes con corazones llenos de gratitud.
Ustedes, queridos Míos, saben de las grandes pruebas que les esperan; aun así, por una verdadera fe ustedes continúan en esta hermosa jornada de la vida. Gracias, o preciosos seres, por su confianza, amor y devoción que ustedes Nos han mostrado puesto que no han faltado a su gran responsabilidad y que gracias a su fe han abrazado las pruebas que se aproximan. No tienen mucho que esperar porque pronto van a ser puestos a prueba. Prepárense, o corderos, confíen en Dios puesto que El espera su llamado de misericordia. No teman ---- El es el padre quien espera ansiosamente el regreso del hijo pródigo. No hay condenación, solo hay amor y perdón.
El los ama incondicionalmente ---- aun hay mucho que soportar. Sean fuertes y acepten con un corazón lleno de gratitud todo aquello que viene hacia ustedes. Prepárense ---- prepárense, hijos Míos, mientras que el tiempo, como ustedes saben lo permite. Les traemos paz y confirmación que la santidad es posible. No teman y perseveren hasta el final de la jornada. Consuélense puesto que son los escogidos ---- grande es la confianza que Hemos puesto en ustedes, porque ustedes son muy bendecidos.
¡Paz y amor!