16 de Septiembre de 1997  (Maria)

 

Mis queridos hijos,

 

Los bendigo este día con Mis bendiciones Maternales de paz y amor.  Yo soy la Madre de Misericordia ---- la Madre de su Jesús de Misericordia.  Escúchenme, preciosos Míos, porque Mis palabras son verdaderas y están llenas de esperanza para todos quienes confían y hacen la voluntad de Mi Hijo.
               
No venimos, o pequeños, a condenar, pero a sanar ---- a traer fortaleza a los fatigados y esperanza a aquellos quienes la han perdido. Regocíjense, pequeñas criaturas, porque Nosotros estamos con ustedes constantemente y Nuestra fortaleza les proporcionará el poder por el cual ustedes se convertirán en recipientes de nuestra agua viviente.  Atiendan Nuestras palabras, queridos pequeños, con sus oídos, pero más importante con sus corazones porque es por la puerta de sus corazones que Mi Hijo entrará.
Estén listos, hijos Míos, porque pronto ---- muy pronto ---- todo lo que se ha profetizado se realizará.  El Senor Nuestro Dios ha escuchado los llantos de Sus hijos martirizados y El, el Juez Justo, vindicará la profanación de vida.  Oren ---- oren desde sus corazones porque ustedes no comprenden la inmensidad de lo que pronto caerá sobre ustedes.  Siempre recuerden que son amados sin medida.  Permitan que la paz llene sus corazones.
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