Mis amados hijos,
Yo, el Senor su Dios, Me regocijo este día por cada corazón que he buscado y encontrado gran placer. Este es el comienzo de su jornada a Mi Padre y su Padre. Sientan Nuestra presencia en su corazón Nosotros siempre seremos la fuerza que ustedes requieren. Regocíjense y estén alegres porque el júbilo realmente ha llegado a Nuestros corazones.”