13 de Agosto de 1999

 

“O Mis preciosas criaturas, vean como Dios ha mandado las lluvias para refrescar la tierra; así, también, Mi Hijo Me ha permitido a Mí, su Madre, mandar las gracias para refrescar cada alma.  Como la tierra recibe la lluvia y brota las semillas de flores y fruta, así también  junto a ellas yace la mala hierba.
Hijos Míos, las bendiciones que Nosotros les damos, al enraizarse dentro de su alma ----- deben dar fruto bueno; pero, desafortunadamente,  pequeños, la mala hierba de la duda ----  las hierbas de confusión se entrelazan con las bendiciones de Dios.  Yo les digo --- sean pacientes.  Nunca dejen sus oraciones porque una gran responsabilidad se le ha dado a cada uno de Mis hijos.  Vayan a los campos ahora que todavía hay tiempo.  Suavemente ciernan las almas de Mi amado Hijo.  Cuidadosamente alimenten las flores --- las almas quienes están hambrientas por ser virtuosas --- las almas quienes están sedientas por Mi Hijo.  No es una tarea fácil, pero una para la cual ustedes han sido llamados.

 

Oren que Mi Hijo mande a Su Espíritu para guiarlos --- para llenarlos con discernimiento porque el tiempo se aproxima, Mis queridos hijos, y muchos no van a estar preparados.  Muchos padres no han preparado a sus hijos.  Todos deben saber del gran amor de mi Hijo y de Su tierna misericordia.  La invitación todavía está de pie mientras aun hay tiempo; porque el Amor, el Amor verdadero nunca cerrará la puerta de la esperanza y nunca pierdan la esperanza, hijos Míos porque no los abandonaremos.

 

¿Qué desean ofrecerle a Mi Hijo esta noche?  ¿Le darías tu corazón?  Y Yo, si ustedes así lo desean, tomaré cada corazón y se lo llevaré cerca a Mi corazón y le diré a Mi Hijo, “Aquí, Mi Senor y Mi Dios, están los frutos de los campos.”
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