“O Mis preciosas criaturas, vean como Dios ha mandado las lluvias para refrescar la tierra; así, también, Mi Hijo Me ha permitido a Mí, su Madre, mandar las gracias para refrescar cada alma. Como la tierra recibe la lluvia y brota las semillas de flores y fruta, así también junto a ellas yace la mala hierba.
Hijos Míos, las bendiciones que Nosotros les damos, al enraizarse dentro de su alma ----- deben dar fruto bueno; pero, desafortunadamente, pequeños, la mala hierba de la duda ---- las hierbas de confusión se entrelazan con las bendiciones de Dios. Yo les digo --- sean pacientes. Nunca dejen sus oraciones porque una gran responsabilidad se le ha dado a cada uno de Mis hijos. Vayan a los campos ahora que todavía hay tiempo. Suavemente ciernan las almas de Mi amado Hijo. Cuidadosamente alimenten las flores --- las almas quienes están hambrientas por ser virtuosas --- las almas quienes están sedientas por Mi Hijo. No es una tarea fácil, pero una para la cual ustedes han sido llamados.
Oren que Mi Hijo mande a Su Espíritu para guiarlos --- para llenarlos con discernimiento porque el tiempo se aproxima, Mis queridos hijos, y muchos no van a estar preparados. Muchos padres no han preparado a sus hijos. Todos deben saber del gran amor de mi Hijo y de Su tierna misericordia. La invitación todavía está de pie mientras aun hay tiempo; porque el Amor, el Amor verdadero nunca cerrará la puerta de la esperanza y nunca pierdan la esperanza, hijos Míos porque no los abandonaremos.
¿Qué desean ofrecerle a Mi Hijo esta noche? ¿Le darías tu corazón? Y Yo, si ustedes así lo desean, tomaré cada corazón y se lo llevaré cerca a Mi corazón y le diré a Mi Hijo, “Aquí, Mi Senor y Mi Dios, están los frutos de los campos.”