3 de Noviembre del 2000
“Mis queridos hijos,
Yo los bendigo esta noche al colocar un beso sobre sus corazones para aliviar las preocupaciones y ansiedades en sus vidas. Hijos Míos, éste es un oasis de paz. Desafortunadamente muchos se distraen por la ilusión deceptiva del mundo y así lo que consideran realidad pronto se desaparece en frente de sus ojos.
Cada uno de ustedes tiene un propósito particular en el mariavilloso plan de salvación de Dios. Sean fuertes, pequeños hijos Míos, porque ustedes son amados y se les dará mucha fortaleza porque a través de este oasis fluye el rió de Divina Misericordia y paz de Mi Hijo.
Vengan, pequeños Míos, si temor --- vengan bajo Mi Manto - - el cual los protegerá. Confíen en Mi Hijo en estos tiempos tan difíciles --- ustedes son Sus hijos amados.”
(Nota: Esta noche se dieron tres importantes confirmaciones. Durante el curso del Rosario, largo tiempo antes que el Espíritu claramente viniera a mí, Yo pacíficamente sentí a muchos “seres” entrar al área de atrás del cuarto donde Yo estaba más o menos recluida. Más tarde me dijeron que dos personas muy especiales estaban rogando que el Senor enviara a Sus ángeles a defenderme y protegerme porque una de las personas quien regularmente me ayuda durante estos tiempos no pudo acompañarme. También, después del mensaje, se me indicó calmadamente, que un individuo muy bendecido tuvo la sensación de un “rió de luces” el cual quizá confirma “el rió de misericordia” corriendo por este oasis.)