17 de Mayo del 2002

 

(Residencia en Elbourn, Illinois - habla Nuestro Senor)

 

Este mensaje en particular sea posiblemente solo de naturaleza personal por su contenido pero es presentado a todos para que en forma individual se pueda discernir y sentirse guiado por el Espíritu Santo.  No hay razón para no creer que Sus palabras Se pueden aplicar a todos y cada uno de nosotros; por eso, lo publicamos.

 

Extrañamente a la 1:00  p.m., sentí la necesidad de rezar la Coronilla de la Divina Misericordia.  Le pedí al Senor que pusiera mi espíritu ante Él en adoración para que mis oraciones por los enfermos y los moribundos recibieran Su gracia especial de misericordia.  Me encontré en una neblina muy pesada (hasta olía el aroma del incienso) donde nada era visible solo una custodia enorme y brillante donde el resplandor del Senor hablaba a mi corazón.  Sus  palabras eran como brasas de lumbre tocaban todo mi ser.   Era como si una lluvia de gracias purificantes llenaba mi corazón mientras Su misericordia era un sonido audible.  Era un eco de Amor.  Cada vez que oraba parecía que una brisa suave (tal vez el Espíritu de la Misericordia) llevaba mis oraciones a quienes le pertenecían y se regresaban a donde yo oraba.  Mientras cada oración espiritual se devolvía, el resplandor de Nuestro Senor era más intenso hasta que la Luz Divina era demasiado intensa para mirarla.

 

(Nuestro Senor entonces dijo): “Estas oraciones complacen al Padre que implora tu perseverancia amorosa para las almas.  Deben continuar a través de la oscuridad del alma……cuando se sientan tan alejados…….cuando la resequedad de sus huesos se vuelvan como polvo y todo es un esfuerzo……orar y confiar.  La refrescante lluvia de Mi Misericordia está allí…… ¡esperando tu llamada!”
 
(Mensaje personal)  (Comenzó El de nuevo)……Vean…… como por medio de la oración nuestra relación se vuelve personal.  Ustedes véanme como su Senor amoroso que los cuida en una manera inconocible para ustedes…… y una vez más comiencen a confiar: Que dicha me trae un alma que confía.  No dejen que el  temor les cause pequeñas semillas de ansiedad y que los guíe hacia el camino de la desilusión.  Su vida de oración debe ser fuerte……pues ustedes son a los que  mando a los campos para sembrar Mis semillas de amor.  Los bendigo esta noche con Mi paz que los alienta.  ¡Recuerden de tratar a cada alma con ternura pues muchas heridas duelen al tocarlas…… y se lastiman fácilmente pues solo se sostienen por un débil hilo de esperanza!”
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