23 de Enero de 2003
El siguiente mensaje se recibió el jueves por la tarde antes de retirarnos. Se dictó y no fue grabado. Inicialmente se creyó que era un mensaje privado; sin embargo después de ver el video de Matthew Kelly discernimos que Nuestra Senora deseó que éste fuera Su mensaje para nosotros esta semana. No fue tan sorprendente pues la mala salud continúa a desalentarnos de perseguir a las almas para Dios. Pero ésto solo intensifica nuestros esfuerzos porque Su gracia nos sostiene.
“Mis queridos hijitos,
Abran sus corazones para recibir las gracias del amor de Dios, la fortaleza y la perseverancia pues deben unirse a la voluntad del Padre para caminar con
sabiduría y discernimiento en estos tiempos de confusión y rompimiento espiritual. Aquí está la confusión que los separa de la realidad espiritual y del escepticismo humano.
El Padre los llama al amor divino la fortaleza formada por la confianza en Su misericordia y la justicia dispersada por todo el mundo a través de los tiempos. Estos grandes momentos de misericordia son un regalo de Dios para la humanidad, pero tristemente es apagada por una confianza débil, un virus de incertidumbre atacando al mundo llevado por una ambición egoísta y por el deseo de triunfar.
Mis hijos preciosos, la vereda que se ve está llena de gracia y oportunidades de amor y sufrimiento. . . simplemente por el amor mismo. Cada día nuevo no es solo un precioso regalo de amor, sino uno de sacrificios gloriosos por las almas. Oren, Mis hijitos, por una perseverancia gloriosa por las almas. Unan cada sufrimiento y sacrificio a la Pasión de Cristo y sientan la exaltación del amor verdadero por las almas para el Reino de Dios.”