4 de Julio del 2003
(Esta tarde nuestra Madre nos inspira a hacer referencia a la Sagrada Escritura en el Salmo 86. Esta fecha en la cual nuestro país celebra la independencia sobre la tiranía debe ser una fecha que represente firmemente en nuestros corazones y mentes el despertar a nuestra dependencia en Dios Todopoderoso. Con la dirección e inspiración del Espíritu Santo lo siguiente se comparte con todos los que tienen el corazón abierto al Espíritu. Mientras leen lo siguiente, oren al Espíritu Santo para discernir. La palabra reflexión fue puesta en mi corazón y mi mente y lo siguiente fue el resultado).
Durante la Misa de hoy, nuestro párroco compartió con elocuencia en una nación, nuestro país fundado por hombres llenos de fe y mujeres que comprendieron que separados de Dios no somos nada. Nuestra Constitución nos garantiza el derecho a la vida, a la libertad y la búsqueda de nuestra felicidad. Lo que no nos garantiza es nuestra felicidad, solo el derecho de buscarla. Lo que es felicidad para uno puede ser aburrimiento para otro. Sin embargo, una vida centrada en Cristo es una vida de gozo indescriptible. El llena los vacíos, renueva nuestro valor para creer y nos centra profundamente en Su misericordia, al mismo tiempo que aleja el miedo.
Sus palabras nos hacen ver todo claramente. Siempre tengamos el corazón abierto a Su amor. Tal vez de primero solo sentamos un gotear pero si creemos y confiamos hasta que esa fe se convierte en un océano, o como una cascada que corre por la montaña hasta el valle donde todos serán sumergidos en el gran milagro de la misericordia.Qué Dios bendiga este país, mientras nosotros, Sus pequeños hijos, oramos que el vacío en nuestro país se llene del verdadero amor a Cristo.
Después durante el tercer misterio del Rosario un visual, que la recipiente recibió por ocho minutos, fue grabado. Describe una multitud de gente siguiendo el ruido del tambor de un Revolucionario Americano. Senoriginó en tiempos pasados hasta llegar al presente. Visible a muchos estaba la bandera con la señal del cordero. Al frente de la multitud estaba una mujer vestida de azul y el tamborero descalzo era el Niño Jesus. Esta misma bandera y multitud marchando la describió un sacerdote dos días antes en
La Granja de Maria en el cañón.