11 de Julio del 2003
Mis Amados hijos,
Que apropiada la escritura que se leyó esta noche. (Corintios: 12) pues esta noche deseo que piensen en los dones que se les han dado a cada uno de los hijos de Dios.
Mis Queridos Hijitos,
Cuando fueron bautizados recibieron los dones del Espíritu Santo envueltos como un regalo muy hermoso y muchos de nuestros hijos se mariavillaron de recibir algo tan exquisito. La envoltura es de gasa con listón dorado y dijeron, “Seguramente este regalo es muy valiosos para abrirlo. Lo pondré en un lugar seguro y después lo abriré. Es algo muy valioso y debo admirarlo.”
Hijitos,
¿Están tan fascinados con la envoltura que no pueden ver el contenido? Estos regalos son dones de Mi Hijo . . . . . Son dones del Espíritu Santo que Él les dio para que los disfrutaran y los usaran. Cuando los abran no los pongan donde solo puedan ser admirados. Úsenlos, pues si no, ¿qué valor tiene el regalo? Cuando han sido bautizados en el Espíritu Santo . . . . . es cuando el Espíritu Santo se ha liberado en sus vidas para que se den cuenta de la grandeza del don que Dios les ha brindado. Primeramente se dan cuenta de la belleza de los Sacramentos y se enamoran de los Sacramentos. En segundo lugar se fortalecen en su fe para ser guerreros valientes y atrevidos, llenos del Espíritu para seguir adelante compartiendo ese don con sus hermanos y hermanas. Estos dones en ocasión traen milagros . . . . . . Sí, milagros. Cuando oran, llenos del poder del Espíritu Santo y alguien que estaba enfermo es instantáneamente sanado . . . . . . un milagro ha ocurrido. Cuando hacen oración y alguien que estaba enfermo, gradualmente, por medio de un médico . . . . . empieza a sanar, esa persona también recibe la sanación. La sanación es un instrumento lleno de fe que el Espíritu Santo da a cada una de Sus criaturas que tienen el corazón abierto para recibirla. Muchos temen abrir este hermoso regalo . . . . . . . y permanece sin usarse . . . . . . . y no es productivo.
Mis hijitos,
No teman, pues Dios no les da Temor, él les da amor y un regalo tan hermoso debe ser compartido. Permitan que su confianza y su fe en Dios les dé el valor para recibir con el corazón lleno de agradecimiento. Sí pueden . . . . . . desenvolverlo lentamente . . . . disfrutando con delicadez la hermosura de la envoltura del regalo. Pero más importante regocíjense con el don que Dios les ha dado. Crean, Mis hijos, y recibirán, pues cada uno lleva dentro de su ser ese don especial. El Espíritu Santo lo tiene apretado en Sus manos y espera que tu fe brote y que crezca el poder de Dios dentro de ti como un instrumento humano y sencillo, libere el poder que Dios ha entregado en las manos de aquellos que creen. Tengan mucha fe. El mundo necesita mucha fe . . . . . . mucha confianza pues Mi Hijo siempre estará con ustedes . . . guiándolos . . . dirigiendo sus pasos y recuerden, Mis hijitos, que Dios es generoso con Sus hijos. Pídanle. . . esperen una respuesta y pongan su confianza totalmente en El sabiendo que los escucha y responderá a sus oraciones. Mantengan mucha paciencia . . pues un gran gozo será la recompensa.
(Visual de la recipiente) “Todo es blanco. Madre, parece ser nieve o hielo y alguien. . . . . no puedo ver la cara. . . . . pero está picando el hielo. Parece estar muy grueso, no comprendo. Se sumerge un anzuelo en el agua bajo del hielo y al momento hay un pescado en la punta. (Si) ahora comprendo. Cuando se nos da un regalo nos esforzamos diligentemente no sabiendo lo que nos espera pero confiando que Dios a través de Su Don, como se rompió el hielo y parecía que no había vida bajo de él. Es por nuestro esfuerzo constante que llegamos a tocar las almas de nuestros hermanos y hermanas.
Todos somos pescadores de Dios por esas almas que Lo niegan y Lo rechazan. Debemos continuar nuestros esfuerzos aun en las circunstancias más desalentadoras. Porque hay vida y nosotros como servidores de Nuestro Senor Jesus debemos hacer ese esfuerzo de alcanzar a cada alma.”