7 de Marzo de 2003

 

“Hija Mía.  . . . ¿Qué tienes que decirme en esta noche?” 

 

(Recipiente) “Madre . . . no tuve tiempo necesario para prepararme . . . .  para  verdaderamente comprender lo que me has estado revelando . . .   y por eso voy a someterme totalmente a Tu cuidado.” 

 

“¿Vendrás conmigo, hija Mía?” 

 

“Claro, Madre.” 

 

Hay una hermosa escena, muchas lomas, pequeños valles y un pueblo en la  distancia y todo alumbrado.  Veo la figura de un hombre.  Camina despacio a propósito y con mucha gracia.   Mira hacía el pueblo pero sus ojos apresuradamente ven hacía arriba.  El cielo está lleno de estrellas parece tener un significado de grande profundidad que no puedo expresarlo con palabras. Cuando Jesus sube Sus ojos al cielo se forma una copa, un cáliz y las estrellas tienen muchos colores para distinguir la copa de la oscuridad que la rodea.  La copa, aunque grande, desciende a la mano elevada de Jesus. Está  de pie deteniendo la copa y mirando hacía el cielo en oración.  Solo oigo “Padre”.   El se va a voltear ….. Madre, toma mi mano. La copa, sin que nadie la detenga viene hacía mí y se me pide que  tome de ella.  Tomo la copa, la pongo sobre mis labios y lo que parece ser dulce es amargo.  Quiero rechazarla, no quiero más, es aMaria.  Pero después hay mucha paz. La copa vuelve a la mano de Jesus y en un instante está otra vez en el cielo . . .  es tan grande.  Te necesito, Madre. ayúdame ……  explica. 

 

“La copa, Mi hija, es la copa de la cual todos deben tomar.  Es la copa de donde Mi Hijo primero tomó.  La amargura, el conocer el pecado, pues todos están llenos de pecado.  Pero porque Mi Hijo tomo de esta copa, la amargura se convirtió en dulzura,  la dulzura de la absolución para ti y para todos Sus hijos que voluntariamente caminan esta jornada Cuaresmal llevando su cruz. Cuando cada prueba viene a unirse a tu cruz, es como pétalo de rosas. Gracias que envía Jesus para fortalecerlos y permitir que tus sufrimientos alcancen a tocar otras almas que sufren por todo el mundo. Esta es una jornada para las almas y ahora es el tiempo de gran poder de gran significado por todos sus esfuerzos.   Sus sacrificios se unirán a los de Mi Hijo.” 

 

(lenguas) Padre . . . .

 

(Maria) “Hija Mía, 

 

No estaré contigo en esta temporada de cuaresma como lo he estado pero recibirás la fuerza pues llevaras muchas cruces.  Hazlo por amor y por agradecimiento las almas por las que oras regocijaran un día contigo mientras vienes ante Mi Hijo.  No desesperes.  Acepta todo lo que venga con gozo.  Jesus no te dejará, ni Yo te dejaré pero la copa pasará ante ustedes y cada uno debe escoger si beben o no.  Es para que ustedes escojan.   ¿Dejarán que esta oportunidad de ayudar en la salvación de las almas se les vaya o  alcanzarán la mano para tomar la copa y beber de ella la porción debida?”                                                       
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