16 de Abril de 2004

 

(Nota) La recipiente recibió el siguiente mensaje durante el Rosario del Viernes en la Colina de Maria.  Porque todavía se estaba reestableciendo de su primer transplante de un cuadril hubiera sido un riesgo físicamente para que ella entrara a la manera intensa en que previamente había recibido los mensajes.  Primero se recibió en privado, este mensaje fue dado calladamente en forma visual solamente a ella.  Fue dado en una manera que después que el mensaje había terminado originalmente la recipiente fue permitida a repetir sin interrupción lo que había experimentado y esto se grabó.  De interés,  la semana anterior, en Viernes Santo antes de iniciar el Rosario del 16, ambos encargados de la oración pusieron énfasis en la intensidad lenta y personal de nuestras oraciones a Dios y a Nuestra Senora.  Por favor, oren al Espíritu Santo para discernir lo que significa para ustedes.  

 

(Recipiente) Esta noche mientras hacíamos oración, la Madre Santísima me presentó una copa de vino. Me pidió que oliera el vino y le contesté que la aroma era fuerte.  Ella me corrigió y dijo que era el buqué y el sabor del vino era muy fuerte y Ella dijo que era el cuerpo del vino.  Luego me enseñó una mesa grande y al rededor de ella había copas que se llenarían de vino.  Yo solo tomé una, la que Ella me había enseñado.  Tomé la copa y puse una o dos gotas de vino en cada copa que estaba en la mesa.  Ella me dijo que el dueño de la casa requería que las copas se llenaran.  Lo único que había en la mesa era agua.  Tomé el agua y llené cada copa como Ella me lo pidió. 

 

 Me dijo que el vino se había diluido, no tenía buqué.  Había perdido su cuerpo.  Decía esto con referencia a la oración.  Cuando no oramos con el corazón, cuando nos desviamos por las ansiedades del mundo y todas las tentaciones que contiene, nuestra vida espiritual sufre porque solo oramos cuando es conveniente y a la manera que se nos viene en gana, no de la manera que más complace a Dios. Cuando oramos con el corazón, una oración verdadera y sincera, tenemos el cuerpo del vino así como la fragancia y todo esto sube al trono de Dios y se convierte en una ofrenda placentera para Él.  Es una ofrenda donde El escucha los lamentos de nuestros corazones y la intensidad de nuestra oración que tanto le complacen.  El escucha con el corazón de un padre, que se disuelve mientras El contesta las súplicas de Sus hijos. 

 

Debemos recordar que siempre que hablamos con Dios debemos hablarle con el corazón no solo con palabras sino con un corazón verdadero y limpio, con el corazón lleno de aroma, con un buqué y un cuerpo repleto de sabor que complace al Senor. Todo esto lo podemos lograr cuando nos enfocamos en Dios y abandonamos las cosas del mundo. La tentación siempre está cerca, pero recordemos la copa.  La copa se debe llenar como el Maestro dice.  Debe llenarse de nuestra contrición nuestro deseo verdadero de agradar al hacer la voluntad del Padre.  Cuando abandonamos nuestra voluntad y buscamos solo la Voluntad  del Padre, la copa se llena.  La copa es la oración…una oración poderosauna oración fragante…… la oración del cuerpo (corazón) con un sabor que complace a Dios. 
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