Homilía del Rosario y la Misa de Navidad en el Centro de Retiro La Purísima

21 de Diciembre de 2018

¡Buenas noches Hermanas y Hermanos!

Nuevamente les damos la bienvenida a esta hermosa celebración de nuestra Señora.

Ustedes han venido con esperanza de escuchar un mensaje de nuestra Señora.

Podemos compartir con ustedes una parte del mensaje, el cual fue escrito en el momento en que se estaba recibiendo.

Los sacerdotes que también estaban presentes, quienes quizá escucharon el mensaje mejor que yo, también van a compartirlo con ustedes.

El mensaje completo fue grabado y se publicará en aproximadamente una semana.

Pero antes de compartirlo con ustedes, quiero decirles que ustedes vinieron con la expectativa de recibir algo de María. ¿Estoy en lo correcto? Bueno, ¡esta noche Ella vino esperando algo de nosotros!

 

Esto es parte del mensaje recibido esta noche.

“Mis queridos hijitos,

Los invito esta noche a caminar más intensamente en su camino de conversión, especialmente por motivo de estos tiempos tan difíciles.

Esta noche ustedes caminan por un sendero de bondad. Deben de caminar su sendero de conversión y de paz.

Yo siento la luz y la alegría que irradia de ustedes, mis pequeños.

Caminen y hablen y muestren a Cristo; ¡permitan que los demás vean a Cristo en sus vidas y en su corazón!

¡Permitan que los demás sientan y vean la Luz de ese Amor resplandeciente irradiando de ustedes!

¡Permitan que los demás vean, a través de sus actos, más Luz de Cristo en sus vidas!

Brinden consuelo, por sus ejemplos, a aquellos que hemos perdido y seguimos perdiendo.

Ofrezcan sus sacrificios y sufrimientos por el bien de estas personas.

Hay tantos que necesitan de su consuelo.

 

(El mensaje entonces continuó con palabras a cerca de los Sacerdotes)

 

Oren por Mis hijos que han caído, para que busquen la bondad de Dios y se alejen de aquello que los separa de Él.

Oren por Mis hijos que están sufriendo persecuciones. Ellos son Mis más amados.

Consuélenlos; anímenlos. Yo los cubro con Mi manto. 

Muchos de ellos trabajan en tantos lugares. Oren por ellos, ámenlos, anímenlos.

Oren para que sus corazones sean llenados con Mi amor.

 

Esta noche es tan difícil para muchos. Muchos están desilusionados, porque buscan respuestas rápidas. Ellos no saben cómo rezar.

Recen para conocer la voluntad de Dios. Oren para conocer el tiempo de Dios, y cuando Él los libere, ¡oren!

Oren, oren por las almas más necesitadas. No se alejen de ellas, sino recen por ellas.

 

Yo tuve al Niño en Mis brazos y Lo vi crecer. Lo vi cuando Él hizo su máximo sacrificio por cada uno de Sus hijos.

¿Qué no pueden ver, no pueden sentir Sus heridas – las heridas de ustedes mismos?

Estén dispuestos a imitarle a Él, sin temor.

Oren por la perseverancia. Oren por el amor. Amen incondicionalmente. Acepten lo que ustedes no pueden sanar. Permitan que Dios siempre tenga el primer lugar en sus vidas. Al entregarnos a Dios tendremos la paz en este mundo.”

 

La Vidente compartió la visión que estaba teniendo:

“Hay una cortina que parece estarse abriendo y se ve como la cima de una montaña. No tan alta como algunas, pero hay una línea en ella que parece estar formada por gente, pero no estoy segura si sea el término correcto. Cada uno está subiendo, se ve como un sendero, o como una escalera. Todos son de diferentes razas y hablan diferentes idiomas.

Todos están subiendo y sus ropas están rasgadas y desgastadas. Al ir subiendo más alto por esta escalera, van desapareciendo. Ellos se desvanecen en lo que parece ser una nube, y cuando esto sucede, ¡sus ropas se transforman en colores brillantes! No puedo identificar si son blancos o de varios colores. ¡Pero ellos están muy felices, porque están cantando!

Conozco la melodía y el tono. Es la Canción del Amor Divino que cada quien canta en su propio idioma. Y van subiendo, tal vez la montaña que cada uno de nosotros también la va a subir. Yo no sé, pero creo, y esto me da esperanza. ¡Espero también esto les dé esperanza a los demás! ¡Porque Dios nos ama tanto; Él nos ama tanto!

¡Y yo veo a nuestra Señora, que todavía está aquí con nosotros, y Su velo y Su manto son tan grandes que cubren a todos, todos los que estamos aquí! ¡Se pueden ver las estrellas; se pueden ver las estrellas a través de su manto!”

 

(El mensaje entonces concluyó)

“¡Busquen refugio en Nuestros Corazones, en Mi Corazón Inmaculado!

¡Miren cuánto espacio hay aquí, Mis hijitos. Hay espacio para todos!

¡Vayamos todos a JESÚS!”

 

Nuevamente, permítanme decirles que todos venimos esperando algo de nuestra Madre. Nosotros esperamos que ella responda a nuestras oraciones. ¡Ella vino esta noche, con la esperanza de que nosotros respondamos a Sus oraciones! ¡Que hagamos lo que Ella nos ha pedido!

 

Después de la Sagrada Comunión, estas palabras adicionales fueron compartidas – un ‘addendum’ a la Homilía:

 

Nuevamente, consideren que nuestra Señora vino con la esperanza de que nosotros respondamos a Sus oraciones, sus peticiones como lo oímos en el mensaje, son urgentes:

Oración, sacrificio, amor incondicional, poner a Dios en el primer lugar en sus vidas, consolar a los demás, permitir que Cristo irradie desde sus corazones, orar por los Sacerdotes…

Esta noche, al honrar a nuestra Señora de Guadalupe de manera muy especial, piensen como Ella vino a pedirle a Juan Diego que hiciera ciertas cosas a su favor. Él dudaba, pensando que era ‘muy pequeño’ y ‘muy insignificante’. Él dijo que nadie le iba a hacer caso y que Ella debía de enviar a alguien más importante, más impactante, para hacer lo que Ella pedía.

Ella le aseguró que él era el indicado de hacer esto por Ella, y él la obedeció. Él hizo exactamente lo que Ella le pidió, ¡y los milagros empezaron a suceder!

No únicamente el ‘milagro continuo’ de la Tilma, sino la conversión de millones del Pueblo Nativo, y la formación de una nueva Nación en el mundo: ¡México!

¡Si simplemente hacemos lo que nuestra Señora nos pide esta noche, habrá un torrente similar de milagros!

 

Padre G.

 

 

El tiempo es cada vez más corto.

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